¿Por qué se unen las manos al rezar?

El gesto de unir las manos delante del pecho va más allá de una mera expresión de tradición, sino que une sus raíces en un tiempo tan antiguo que nos sorprende. Una de las evoluciones de este gesto procede de la época romana, en ella, cuando se apresaba a una persona y ésta quería hacer ver su sometimiento y sus disposición, juntaba las palmas de las manos en el centro del pecho. Este acto facilitaba que al detenido se le atasen las manos, lo mismo que los gestos que habréis visto en muchísimas películas policiales, donde el detenido une sus muñecas con los puños cerrados, para que se le coloquen las esposas, en un gesto de sumisión.

Este gesto, por lo tanto, era también una expresión de clemencia en la época romana. Siglos después el feudalismo germano fue uno de los primeros en adoptarlo, ya en la edad media, significando el acatamiento de los vasallos a sus señores.

Una de las primeras corrientes religiosas en usarlo fueron los budistas y los hindúes, en estas creencias se denomina anjali-mudra, y es un gesto de adoración y plegaria.

En nuestra iglesia católica no sería introducido hasta el siglo IX, como un gesto de comunicación de los hombres con Dios. Así, viene a simbolizar la sumisión del hombre en oración, en un gesto de humildad y sometimiento a la voluntad del Creador. No obstante no estuvo exento de polémica, y algunos autores cristianos, siglos después, trataron de explicarlo como la representación del campanario de una iglesia (por la disposición de las manos), para quitarle cualquier otro origen no cristiano (o pagano).

Simbología
La unión de la mano derecha e izquierda extendidas representa también la controversia de la propia vida, su dualidad y su complementariedad. La mano derecha representa lo lógico y la rectitud, lo consciente, la bendición y la acción (es la mano que más usan la mayoría de humanos y también la que se utiliza para bendecir). La izquierda, sin embargo, representa lo ilógico, inconsciente, el mundo oscuro y el ser terrenal. Su unión supone el ser humano en su totalidad, y el mundo que nos contiene.

También representan la unión, la concordia, la amistad y la fraternidad universal.