Elemento esencial, la sal posee una historia rica e intrincada. Por ella se hicieron guerras, y hasta se utilizó como moneda. En la cocina, se utiliza como condimento y para conservar carnes, pescados. También se utiliza industrialmente, en la elaboración de bienes de consumo. Existen la sal marina, la sal de manantial, la mineral y la de origen vegetal. Veamos algunos tipos y sus usos más comunes.
Sal Marina
Proveniente del mar, la sal marina se recolecta hacienda pasar agua marina por grandes contenedores hechos de arcilla. El agua se evapora, dejando los cristales de sal. Normalmente posee minerales como hierro, zinc, calcio, iodo y potasio. Se utiliza en la alimentación y posee un sabor suave. Puede conseguirse en grano fino o grueso. A veces se la conoce según su lugar de proveniencia, como sal marina italiana, o de Sicilia, o del Mar Negro.
Sal fina o de mesa
Este tipo de sal es el que más comúnmente se encuentra en las cocinas. Generalmente de origen mineral, se recolecta en salinas y luego es refinada. En el proceso de refinamiento se le quitan otros minerales que pueda tener, hasta que se obtiene puro cloruro de sodio. Actualmente se la puede conseguir enriquecida con diferentes minerales, como el iodo.
Sal Cristalina del Himalaya
De color rosado, esta sal es recolectada a los pies del Himalaya. Pero su origen no es mineral, sino marino: es sal de origen marino fósil, formada hace cientos de millones de años. Hay quienes aseguran que esta sal es la más pura del planeta, y que posee propiedades muy beneficiosas para la salud.
Flor de sal
Llamada en francés Fleur de Sel, este tipo extra puro de sal se obtiene cuando el agua salada se evapora en la superficie de estanques. Es recolectada a mano, bajo condiciones específicas y según técnicas antiguas. La flor de sal es de origen marino, y proviene mayormente de la Península Ibérica, aunque también se produce en otros lugares del mundo. Se le atribuye un delicado aroma marino con un dejo de violetas y se utiliza para sazonar ensaladas, carnes y vegetales, e incluso en la elaboración de algunos postres.
Sal Kosher
Originaria de la cocina tradicional judía, el espesor de sus granos la hacen ideal para condimentar cualquier tipo de comida, y perfecta para sazonar carnes y productos de pastelería, como pretzels. Es una sal pura sin aditivos y suele también venir en forma de copos, lo que la hace muy popular para salar los bordes de las copas de algunos tragos que requieren este tipo de presentación.
Sal negra
La sal negra recibe diversos nombres, según su lugar de procedencia. También conocida como Kala Namak o Sanchal, es tradicionalmente utilizada en la cocina india. Esta sal se recolecta en minas y tiene un sabor particular, con reminiscencias de huevo, lo que la hace popular para platos veganos. También existe sal negra hawaiana, llamada Hiwa Kai.
Sal roja hawaiana
La sal roja hawaiana le debe su color a la presencia de óxido de hierro. De acuerdo a la cantidad de óxido, su apariencia puede variar de un rosado pálido a un rojo más fuerte. El óxido también influye en su sabor y la convierte en una popular sal de acabado para la presentación de algunas carnes.
Halita o sal de roca
Existen diferentes especies de esta sal de color grisáceo: la comestible y la que se utiliza en máquinas de helado. La comestible se puede usar para hornear algunos vegetales o para preparar carne, pescado o pollo para el horneado. Su color gris hace que se la elija para presentar ostras u otros platos.
Sal para palomitas de maíz
Este tipo de sal es muy procesada: coloreada con tonos amarillo o anaranjado y de grano finísimo, que la hace comparable al azúcar impalpable. Estas características hacen que sea preferida para salar confituras como las palomitas de maíz, ya que el condimento se vuelve imperceptible al tacto, pero no al sentido del gusto.
La sal en la belleza
La sal suele utilizarse en tratamientos de belleza, para producir pulidores corporales y también como relajante, en sales para baño. Las sales de baño se utilizan en baños de inmersión y son requeridas no sólo por sus efectos relajantes, sino por poseer propiedades curativas de distintos males, como ciertos problemas reumáticos, musculares y dermatológicos.
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