El subsistema educativo sufre una pandemia pedagógica de terribles consecuencias: la peste del mal docente. Esta enfermedad pedagógica, cuyos orígenes son variados y muchas veces poco estudiados, ha generado en la aparición de un amplio de “profesionales” en la enseñanza contagiados que, al manifestar sus síntomas, afectan su dinámica social y pedagógica con colegas (no contagiados) y estudiantes.
Tal cual la conquista salvaje de los españoles sobre nuestros pueblos originarios, estos docentes no sólo utilizan la fuerza brutal de su poder sino que, al estar contagiados de esta peste pedagógica, contagian a sus estudiantes de desesperanza, aburrimiento, hastío y otros males que los lleva a niveles de estrés académico extremos cuyas secuelas se manifiestan en bajas notas, ausentismo, deserción, violencia, etc.
Ante tal problemática nacional, deseamos dar a conocer una primera lista de los síntomas de esta peste pedagógica para que el público en general pueda debatir sobre el posible contagio de algún docente en su centro educativo, estos son:
1. Adultocentrismo: La persona contagiada asume que todo niño y adolescente es idiota, inmaduro, irresponsable e incapaz de valerse por sí mismo. En tal circunstancia, el docente se asume como ungido por la madurez, el conocimiento y la edad para ejercer todo tipo de acción para encaminar al estudiantado a un lugar de desarrollo idealizado por el docente. +
2. Complejo napoleonico: Las personas contagiadas con esta peste pedagógica, confunden autoridad con las acciones represivas y de terror académico. Normalmente gritan, amenazan y boletean a sus estudiantes, así como la práctica de torturas psicológicas como frases, acomodo de exámenes. Esto responde a sus bajos niveles de autoestima, una niñez infeliz, problemas familiares y psicológicos profundos, entre otros.
3. Arritmia Emocional: El o la docente contagiada presenta arritmias emocionales, marcando abruptos cambios emocionales que lo llevan, en cuestión de una o dos lecciones, de estar sonriente y feliz a amargado y gritando.
4. Delirios de persecución: Producto de sus cambios emocionales y su relación social, el o la docente contagiada siempre desarrolla un delirio de persecución y narrativa victimista, indicando a viva voz que determinado estudiante, grupo, sector de colegas o la dirección del liceo, le persiguen.
5. Artritis social: Por su complejo napoleónico y delirios de persecución, rápidamente desarrollara una artritis social de alto dolor, por un lado es incapaz de relacionarse con sus estudiantes, manteniendo una relación sumamente estructurada y dividida en segmentos de poder, por otra parte, con sus colegas desarrolla una relación de poca confianza y choque con algún sector determinado del profesorado, principalmente de aquellos(as) que muestren actitudes e ideas más progresistas y democratizadoras.
6. Depravado sexual: El virus de depravación sexual extendido entre el gremio docente encuentra un reflejo vital en este docente, con comentarios sexuales sobre sus estudiantes en el centro educativo y lugares externos, difusión de pornografía industrial o desarrollada por él de manera artesanal, asistencia a prostíbulos, relaciones sexuales con estudiantes y colegas. Sus manifestaciones van desde miradas sátiras al observar a sus estudiantes (hombres o mujeres), hacer pasar a la pizarra a la estudiante o el estudiante que le gusta, caricias, frases como “mi reina o mi amor” y otras acciones de mayor complejidad.
7. Vicioso: Esta persona tenderá al consumo de cigarros, alcohol, marihuana u otras drogas. Su consumo no será privado, y lo realizará en eventos sociales de estudiantes o colegas y, en caso de consumir drogas ilegales, llegará al extremo de comentarlo y hasta llegar con el “tufo” a zacate quemado.
8. Necesitado de Atención: por sus problemas de autoestima e integración social, convierte su aula, salón de profesores y cualquier lugar de reunión social en un santuario de catarsis para contar su vida privada, desde sus encuentros sexuales, noviazgos y romances hasta endeudamientos, viajes y sueños de la noche anterior.
9. Creador de argollas: tenderá a la creación de un grupo de estudiantes considerados por él o ella como leales y confiables, a ese grupo le permitirá libertades académicas como a ningún otro, además le exonerará de trabajos y hasta le regalará puntos. Esto a vista y paciencia de otros estudiantes como acción.
10. Dependencia del libro: es una persona con un bajo nivel académico, que no ha destacado en ninguna labor de investigación o desarrollo profesional, por lo que sus conocimientos se basan y extienden según el libro de la editorial que haya contratado. Su clase, explicaciones y trabajos tendrán relación con el libro, fototocopias o manual que ha utilizado por varios años.
11. Mal crónico de mediocridad: Tenderá a repetir pruebas de años anteriores con pleno conocimiento del estudiantado sobre esta acción, no lee ni corrige trabajos extra clases, regala notas para evitar problemas, tiende a llegar tarde y ausentarse continuamente.
12. Verborreo de oro: para sobrevivir en la estructura social y de poder, ha creado una espectacular fuerza de verborreo para congratularse con sus superiores, logra establecer diálogos amenos sobre cualquier tema, tiene justificaciones perfectamente diseñadas para cualquier cuestionamiento, en algunos casos se jacta de vestirse bien, etc. Normalmente esto les permite estar en círculos de poder y hasta lograr ascensos institucionales.
13. Poca capacidad de lectura: normalmente es una persona que lo único que lee entre semana son los periódicos, principalmente La Teja, la Extra y Al Día (uno sólo de los tres) y se concentra en lecturas de libros de auto ayuda y novelas de alta venta.
14. Tiene una alta agilidad para esquivar responsabilidades: logra ser borrado de listas de comités del colegio, se ausenta de actividades extra curriculares, se escapa temprano de los consejos de profesores, etc.
15. Complejo Nazi: se considera promotor y regulador de una “raza aria” de estudiantes, por lo que se jacta de fomentar y realizar exámenes en los que casi ningún estudiante pasa, le fascina masturbarse mentalmente pensando que la gente le tiene miedo y respeto a su materia y por auto considerarse el “profe que decide quien pasa de año”.
Por hoy creo que son muchas, pero bueno, tal vez ustedes me puedan ayudar con más características de esta peste pedagógica que se extiende por nuestras aulas…
Tal cual la conquista salvaje de los españoles sobre nuestros pueblos originarios, estos docentes no sólo utilizan la fuerza brutal de su poder sino que, al estar contagiados de esta peste pedagógica, contagian a sus estudiantes de desesperanza, aburrimiento, hastío y otros males que los lleva a niveles de estrés académico extremos cuyas secuelas se manifiestan en bajas notas, ausentismo, deserción, violencia, etc.
Ante tal problemática nacional, deseamos dar a conocer una primera lista de los síntomas de esta peste pedagógica para que el público en general pueda debatir sobre el posible contagio de algún docente en su centro educativo, estos son:
1. Adultocentrismo: La persona contagiada asume que todo niño y adolescente es idiota, inmaduro, irresponsable e incapaz de valerse por sí mismo. En tal circunstancia, el docente se asume como ungido por la madurez, el conocimiento y la edad para ejercer todo tipo de acción para encaminar al estudiantado a un lugar de desarrollo idealizado por el docente. +
2. Complejo napoleonico: Las personas contagiadas con esta peste pedagógica, confunden autoridad con las acciones represivas y de terror académico. Normalmente gritan, amenazan y boletean a sus estudiantes, así como la práctica de torturas psicológicas como frases, acomodo de exámenes. Esto responde a sus bajos niveles de autoestima, una niñez infeliz, problemas familiares y psicológicos profundos, entre otros.
3. Arritmia Emocional: El o la docente contagiada presenta arritmias emocionales, marcando abruptos cambios emocionales que lo llevan, en cuestión de una o dos lecciones, de estar sonriente y feliz a amargado y gritando.
4. Delirios de persecución: Producto de sus cambios emocionales y su relación social, el o la docente contagiada siempre desarrolla un delirio de persecución y narrativa victimista, indicando a viva voz que determinado estudiante, grupo, sector de colegas o la dirección del liceo, le persiguen.
5. Artritis social: Por su complejo napoleónico y delirios de persecución, rápidamente desarrollara una artritis social de alto dolor, por un lado es incapaz de relacionarse con sus estudiantes, manteniendo una relación sumamente estructurada y dividida en segmentos de poder, por otra parte, con sus colegas desarrolla una relación de poca confianza y choque con algún sector determinado del profesorado, principalmente de aquellos(as) que muestren actitudes e ideas más progresistas y democratizadoras.
6. Depravado sexual: El virus de depravación sexual extendido entre el gremio docente encuentra un reflejo vital en este docente, con comentarios sexuales sobre sus estudiantes en el centro educativo y lugares externos, difusión de pornografía industrial o desarrollada por él de manera artesanal, asistencia a prostíbulos, relaciones sexuales con estudiantes y colegas. Sus manifestaciones van desde miradas sátiras al observar a sus estudiantes (hombres o mujeres), hacer pasar a la pizarra a la estudiante o el estudiante que le gusta, caricias, frases como “mi reina o mi amor” y otras acciones de mayor complejidad.
7. Vicioso: Esta persona tenderá al consumo de cigarros, alcohol, marihuana u otras drogas. Su consumo no será privado, y lo realizará en eventos sociales de estudiantes o colegas y, en caso de consumir drogas ilegales, llegará al extremo de comentarlo y hasta llegar con el “tufo” a zacate quemado.
8. Necesitado de Atención: por sus problemas de autoestima e integración social, convierte su aula, salón de profesores y cualquier lugar de reunión social en un santuario de catarsis para contar su vida privada, desde sus encuentros sexuales, noviazgos y romances hasta endeudamientos, viajes y sueños de la noche anterior.
9. Creador de argollas: tenderá a la creación de un grupo de estudiantes considerados por él o ella como leales y confiables, a ese grupo le permitirá libertades académicas como a ningún otro, además le exonerará de trabajos y hasta le regalará puntos. Esto a vista y paciencia de otros estudiantes como acción.
10. Dependencia del libro: es una persona con un bajo nivel académico, que no ha destacado en ninguna labor de investigación o desarrollo profesional, por lo que sus conocimientos se basan y extienden según el libro de la editorial que haya contratado. Su clase, explicaciones y trabajos tendrán relación con el libro, fototocopias o manual que ha utilizado por varios años.
11. Mal crónico de mediocridad: Tenderá a repetir pruebas de años anteriores con pleno conocimiento del estudiantado sobre esta acción, no lee ni corrige trabajos extra clases, regala notas para evitar problemas, tiende a llegar tarde y ausentarse continuamente.
12. Verborreo de oro: para sobrevivir en la estructura social y de poder, ha creado una espectacular fuerza de verborreo para congratularse con sus superiores, logra establecer diálogos amenos sobre cualquier tema, tiene justificaciones perfectamente diseñadas para cualquier cuestionamiento, en algunos casos se jacta de vestirse bien, etc. Normalmente esto les permite estar en círculos de poder y hasta lograr ascensos institucionales.
13. Poca capacidad de lectura: normalmente es una persona que lo único que lee entre semana son los periódicos, principalmente La Teja, la Extra y Al Día (uno sólo de los tres) y se concentra en lecturas de libros de auto ayuda y novelas de alta venta.
14. Tiene una alta agilidad para esquivar responsabilidades: logra ser borrado de listas de comités del colegio, se ausenta de actividades extra curriculares, se escapa temprano de los consejos de profesores, etc.
15. Complejo Nazi: se considera promotor y regulador de una “raza aria” de estudiantes, por lo que se jacta de fomentar y realizar exámenes en los que casi ningún estudiante pasa, le fascina masturbarse mentalmente pensando que la gente le tiene miedo y respeto a su materia y por auto considerarse el “profe que decide quien pasa de año”.
Por hoy creo que son muchas, pero bueno, tal vez ustedes me puedan ayudar con más características de esta peste pedagógica que se extiende por nuestras aulas…
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