Por: Alex Albornoz
¿Alguna vez te has visto
flotando y tu cuerpo echado en la cama, como si tuvieras entre dormido y
despierto? Bueno pues, esto te puede pasar consciente o inconscientemente,
de hecho la experiencia fuera del cuerpo es natural en los seres humanos y nada
nuevo. Lo podemos identificar porque parece como si estuviéramos despiertos,
pero no nos podemos mover, gritar o hacer algo físico.
Precisemos, un viaje astral es
la separación del cuerpo físico y espíritu. Esta separación es muy parecida
a la muerte, muchas de las personas que han permanecido muertas clínicamente
durante algunos minutos lo han experimentado conscientemente. Pero no hace falta
estar al borde de la muerte para experimentarlo. En parapsicología, el viaje
astral se entiende como un fenómeno clónico equivalente a la proyección psi o
desdoblamiento.
Durante un viaje extrafisico o
extracorpóreo, se pueden recorrer grandes distancias y atravesar todo tipo de
obstáculos, pero también hay ocasiones en que el viajero astral no puede
atravesar una simple pared y tiene que salir por la puerta, como una persona
física.
Nada nuevo bajo el sol
De hecho el mismo Aristóteles
llamaba neuma al aura y decía
que ésta, forma parte esencial del hombre y de los animales y agregaba que el
cuerpo astral del ser humano tiene aspecto luminoso y que es susceptible de
separarse del cuerpo físico y atravesar los muros y cubrir enormes distancias,
porque no está hecha de materia física normal.
Pero hay más, a lo largo de la
historia, existe diversa documentación sobre el tema de los viajes astrales, por
ejemplo: Existen evidencias aparecen en el antiguo Egipto, entre 5000 y 3000
años atrás. Los sacerdotes egipcios sabían de la existencia del cuerpo astral.
Lo llamaron "Kha" y dejaron inscripciones y
dibujos en las paredes de roca de muchos templos y edificios, lo que
representa algo sutil de luz y abandonar el cuerpo físico. En la misma Biblia
también podemos encontrar diversas evidencias de casos de conciencia, tal como
en Ezequiel, III: 14; Apocalipsis, 1:10 y 11:4:2, y en las Epístolas de Pablo de
alquitranes (II corintios, 12:2).
Así mismo, en los siglos 18 y 19,
hubo tres grandes pioneros de este estudio que hicieron los primeros esfuerzos
en popularizar la experiencia fuera del cuerpo, incluso la publicación de libros
sobre el tema. Era el filósofo sueco Emmanuel Swedenborg, el escritor y
novelista francés Honoré de Balzac, con su cuento "Louis Lambert", y el francés
Allan Kardec, creador del espiritismo. Otros nombres a través de la historia son
Apolonio de Tiana, Antonio de Padua, el Padre Pío y Sai Baba.
¿Viajes peligrosos?
Una
pregunta que sin lugar a dudas se desprende del tema es si realmente es
peligroso viajar desmedidamente a otra dimensión, de hecho hace poco vimos en
las salas de cine la proyección del film “Insidious o la noche del demonio” que proponía
el viaje astral como un acto peligroso, donde salimos a pasear y dejamos la
puerta de la casa abierta, metafóricamente hablando claro. Pues bien, hay
quienes dicen que en realidad los riesgos del desdoblamiento se pudieran
clasificar como naturales y sobrenaturales.
Otro dicen que existen peligros
de orden físico y mental como de problemas cardio-circulatorios y nerviosos
(náuseas, taquicardia, vértigos, depresión, ideas fijas etc.) son provocados por
el choque emocional y el esfuerzo excesivo al que el corazón estuvo expuesto. O
peor aun que el individuo tarde o temprano pueda
encontrarse con entidades o fuerzas perturbadoras que pululan y
están a la espera de una oportunidad de usurpación.
Casos registrados de
desdoblamientos
Un caso que
sin lugar a dudas a perdurado a través de los años, es el que protagonizó el
criminal Ed Morell, que a finales del siglo XIX fue condenado a cadena perpetua
y recluido en la prisión de alta seguridad de San Quintín, en California. Por
esconder armas en la prisión fue torturado por sus carceleros y condenado a
vivir con dos camisas de fuerza, una sobre otra, extremadamente apretadas, que
le provocaban dolores agudos y la sensación de estar enterado vivo. Mientras las heridas le perforaban la piel él se
evadía creando un estado de disociación mental que le permitía viajar
astralmente por la prisión.
Cuando un nuevo director llegó a
la cárcel de San Quintín lo libró de este vejatorio estado que había soportado
durante un lustro. Sorprendentemente, Ed Morrel no estaba deteriorado, ni
parecía haber sufrido nada. El secreto estaba en que había desarrollado un nivel de conciencia autógena que
operaba independientemente de su cuerpo físico y ello le permitía escapar
a los muros de la prisión. En 1909, Ed Morrell fue indultado y describió sus
procedimientos y las extraordinarias experiencias astrales en el libro The
Twenty-Fifth Man.
También está el caso notorio del
papa Pio V, quién encontrándose en el Vaticano viajó en espíritu hasta la bahía
de Lepanto, donde la cristiandad luchaba en contra de los musulmanes al mando de
don Juan de Austria. Se encontraba al sumo pontífice examinando unas cuentas con
el tesorero Busotti cuando perdió la noción de las cosas. Se sintió transportado
a Lepanto y cuando volvió en sí declaró entusiasmado a los testigos que Dios
había derrotado a los infieles. Los testigos anotaron la hora y el día e
informaron a los cardenales. La confirmación de
la victoria no tardó en llegar.
¿Y la ciencia?
Se dice por otro lado que la
Sociedad de Investigaciones Psíquicas británica cuenta en sus archivos con
numerosos casos comprobados, que incluyen incluso la resolución de un crimen
gracias a un testigo que presenció el robo y muerte de un hombre, mientras se
encontraba fuera de su cuerpo. De hecho hace unos años atrás científicos de la
Escuela Politécnica Federal de Lausanna (Suiza), mediante pruebas dijeron que
la proyección astral se da al producirse una
distorsión en los circuitos cerebrales encargados de producir la
información sensorial.
No cabe duda que el tema es muy
amplio y citar todo lo relacionado a este, seria todo un vendaval
de posturas y precisiones, estudios y experiencias. De todos modos, algo que no ha podido desligársele a los viajes astrales,
es esa etiqueta paranormal con que muchos suelen encerrarlo. Al fin y al
cabo quién no ha pasado por esto, es una experiencia que
termina siendo muy natural.
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