La salud mental no es sólo la ausencia de trastornos mentales. Se define como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad.
En la mayoría de los países, sobre todo en los de ingresos bajos y medios, los servicios de salud mental adolecen de una grave escasez de recursos, tanto humanos como económicos. La mayoría de los recursos de atención sanitaria disponibles se destinan actualmente a la atención y el tratamiento especializados de los enfermos mentales y, en menor medida, a un sistema integrado de salud mental. En lugar de proporcionar atención en grandes hospitales psiquiátricos, los países deberían integrar la salud mental en la asistencia primaria, ofrecer atención de salud mental en los hospitales generales y crear servicios comunitarios de salud mental.
Aún más reducidos son los fondos disponibles para la promoción de la salud mental, expresión amplia que abarca toda una serie de estrategias destinadas a lograr resultados positivos en materia de salud mental. El desarrollo de los recursos y las capacidades de la persona y la mejora de la situación socioeconómica figuran entre los objetivos de esas estrategias.
La promoción de la salud mental requiere que se adopten medidas multisectoriales, en las que participen diversos sectores del gobierno y organizaciones no gubernamentales o comunitarias. El principal fin ha de ser promover la salud mental durante todo el ciclo vital, para garantizar a los niños un comienzo saludable en la vida y evitar trastornos mentales en la edad adulta y la vejez.
Además de los sufrimientos que ocasiona a las personas, las enfermedades mentales (las más frecuentes son la ansiedad y la depresión) acarrean costes sociales y económicos considerables, sobre todo para los sistemas educativos, asistenciales y judiciales. Se trata de una de las principales causas de baja laboral, jubilación anticipada y pensión de discapacidad.
Incumbe ante todo a los gobiernos tomar medidas en este campo, si bien las organizaciones no gubernamentales (ONG) se muestran cada vez más activas.
Las políticas de la UE contribuyen a proteger y fomentar la salud mental, sensibilizar sobre todos sus aspectos y crear un marco paneuropeo de cooperación e intercambio de buenas prácticas. Se trata de poner en contacto a las administraciones y los profesionales y crear nexos entre las políticas, las prácticas y la investigación.
Tal es el objetivo del Pacto Europeo por la Salud y el Bienestar Mentales, cuyas cinco prioridades son las siguientes:
• prevenir la depresión y el suicidio
• salud mental de los jóvenes y educación
• salud mental en el trabajo
• salud mental de las personas mayores
• lucha contra la estigmatización y la exclusión social.
• salud mental de los jóvenes y educación
• salud mental en el trabajo
• salud mental de las personas mayores
• lucha contra la estigmatización y la exclusión social.
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