La sal es un mineral que interviene en diversas funciones del cuerpo, durante el embarazo, su consumo debe reducirse pero no eliminarse.
La sal - sodio, es un mineral imprescindible para el organismo, pues interviene en diversas funciones como el metabolismo, los movimientos musculares y el equilibrio de líquidos en el cuerpo. Por esta razón, no es recomendable suprimir totalmente su consumo. En el caso de la mujer embarazada, este requerimiento cambia, y no implica mayores riesgos, si se mantiene un estricto control prenatal, salvo en aquellas gestantes que tengan antecedentes de enfermedades renales, cardíacas, de hipertensión o edemas. Hay que destacar que durante el embarazo, la carencia de sodio es más dañina que el exceso.
Efectos por exceso o carencia de sal en la embarazada
El exceso en el consumo de sal durante el período de gestación, acarrea una serie de consecuencias tanto para la madre como para el feto.
Las más comunes:
Las más comunes:
Aumento de la tensión arterial (Hipertensión). Existen casos en los cuales esta patología forma parte del estado de salud previo al embarazo. Cuando aparece durante este período, se conoce como hipertensión gestacional. En ambas situaciones, es posible que cause bajo peso en el neonato o parto prematuro. De agravarse la hipertensión, puede desencadenar un estado de preeclampsia
La preclampsia. Surge a partir de un cuadro de hipertensión arterial y proteínas en la orina, después de la semana 20 o finalizando el segundo o tercer trimestre de embarazo. Algunos factores como el primer embarazo, obesidad, embarazos múltiples o antecedentes de enfermedades renales, diabetes e hipertensión, aumentan el riesgo de sufrir esta patología
Eclampsia. Es una afección que se caracteriza por convulsiones en una mujer embarazada, que no están asociadas a ninguna alteración de origen neurológico, y se presentan luego de una preeclampsia. En estas condiciones existe alto riesgo de separación de la placenta, lo que conduce a un parto prematuro
En lo referente a la carencia de sodio, se puede afirmar que no es común, ya que casi todos los alimentos incluyendo las frutas, contienen este mineral, por lo que su consumo mínimo está garantizado, sin embargo hay que recordar que el sodio se pierde con la transpiración y a través de la excreta de orina, y debe reponerse para mantener el equilibrio. La deficiencia de sodio se manifiesta en calambres musculares, debilidad y mareos.
La preclampsia. Surge a partir de un cuadro de hipertensión arterial y proteínas en la orina, después de la semana 20 o finalizando el segundo o tercer trimestre de embarazo. Algunos factores como el primer embarazo, obesidad, embarazos múltiples o antecedentes de enfermedades renales, diabetes e hipertensión, aumentan el riesgo de sufrir esta patología
Eclampsia. Es una afección que se caracteriza por convulsiones en una mujer embarazada, que no están asociadas a ninguna alteración de origen neurológico, y se presentan luego de una preeclampsia. En estas condiciones existe alto riesgo de separación de la placenta, lo que conduce a un parto prematuro
En lo referente a la carencia de sodio, se puede afirmar que no es común, ya que casi todos los alimentos incluyendo las frutas, contienen este mineral, por lo que su consumo mínimo está garantizado, sin embargo hay que recordar que el sodio se pierde con la transpiración y a través de la excreta de orina, y debe reponerse para mantener el equilibrio. La deficiencia de sodio se manifiesta en calambres musculares, debilidad y mareos.
Embarazo y sal yodada
Otro aspecto importante es la recomendación del consumo de sal enriquecida con yodo durante el embarazo. La Organización Mundial de la Salud, fijó los lineamientos a seguir en relación a este tema, al determinar que “es particularmente importante que la alimentación de las embarazadas contenga suficiente yodo, pues este mineral es un nutriente indispensable para el desarrollo del feto, y en especial de su cerebro. La carencia de yodo durante el embarazo no sólo produce lesiones cerebrales en el feto, sino también bajo peso en el recién nacido, nacimiento prematuro y mayor mortalidad perinatal e infantil”. (1)
Por su parte el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), estableció lo siguiente: “La sal que consumen las familias tiene que ser yodada. El yodo en las dietas de las mujeres embarazadas y de los niños pequeños es decisivo para el desarrollo sano del cerebro infantil… Una dieta baja en yodo es especialmente nociva en las primeras etapas del embarazo y a principios de la infancia.” (2).
La sal oculta
Es casi imposible determinar con exactitud cuanta sal se consume, pues la mayoría de los alimentos, tanto en su estado natural como procesados, contienen una porción de este mineral. Algunos ejemplos entonces, pueden ayudar a calcular el consumo adecuado.
Alto contenido:
Embutidos, enlatados y encurtidos
Alimentos ahumados
Tortas, bizcochos, conservas y mezclas lista
Saborizantes artificiales (cubitos)
Salsas listas y aderezos (inglesa, soya y afines)
Sopas instantáneas
Mediano y Bajo contenido
Huevos
Pescado
Carnes rojas
Legumbres y hortalizas
Frutos secos
Frutas y vegetales
Harinas
Comer sano y sabroso
Embutidos, enlatados y encurtidos
Alimentos ahumados
Tortas, bizcochos, conservas y mezclas lista
Saborizantes artificiales (cubitos)
Salsas listas y aderezos (inglesa, soya y afines)
Sopas instantáneas
Mediano y Bajo contenido
Huevos
Pescado
Carnes rojas
Legumbres y hortalizas
Frutos secos
Frutas y vegetales
Harinas
Comer sano y sabroso
Reducir el consumo de sal en los alimentos en el embarazo, no implica comer alimentos insípidos, todo lo contrario, esta necesidad fomenta prácticas alternativas y deliciosas para preparar los alimentos, utilizando hierbas como laurel, orégano, tomillo, albahaca, romero, además de recurrir a la cebolla y el ajo, el jugo de limón, aceite de oliva o de sésamo y especies como la pimienta.
También es conveniente eliminar la sal de la mesa, para evitar agregar porciones adicionales a las comidas ya servidas. Con estas medidas sencillas, mucho descanso y un buen control médico, se puede vivir un embarazo sano, sin dejar de disfrutar de comidas y bebidas apetitosas y nutritivas.
También es conveniente eliminar la sal de la mesa, para evitar agregar porciones adicionales a las comidas ya servidas. Con estas medidas sencillas, mucho descanso y un buen control médico, se puede vivir un embarazo sano, sin dejar de disfrutar de comidas y bebidas apetitosas y nutritivas.
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